El trágico triple lesbicidio ocurrido en Barracas ha resonado profundamente en la sociedad argentina, generando un clamor por justicia y la urgente necesidad de reconocer este hecho como un crimen de odio. A medida que se cumple un año desde el suceso, la lucha por el reconocimiento y la justicia continúa sin tregua.
El 6 de mayo de 2024, Justo Fernando Barrientos, un vecino del hotel California en Barracas, perpetró un acto devastador al arrojar una bomba molotov en la habitación donde residían cuatro mujeres lesbianas. Este ataque resultó en la muerte de Andrea Amarante, Pamela Cobbas y Roxana Castro, mientras que Sofía Castro Riglos logró sobrevivir. Este suceso ha sido un punto focal en las manifestaciones del movimiento Ni Una Menos, que exige justicia y visibilidad para las víctimas de violencia de género.
Detalles del Suceso y Consecuencias
Pamela Cobbas fue la primera en perder la vida, falleciendo al día siguiente del ataque en el Instituto del Quemado. Mercedes Roxana también sucumbió a sus heridas, mientras que Andrea Amarante luchó durante cinco días antes de fallecer. La situación de Sofía, la única sobreviviente, es igualmente desgarradora, ya que ha enfrentado no solo la pérdida de sus seres queridos, sino también una lucha constante por que su historia sea escuchada y reconocida.
Un año después de la masacre, el juez Edmundo Rabbione, encargado del caso, ha sido criticado por no clasificar el ataque como un crimen de odio. En su lugar, lo ha calificado como un conflicto vecinal, ignorando la violencia de género que subyace en el caso. Esta decisión ha generado indignación entre las organizaciones de derechos humanos y la comunidad LGBTIQ+, quienes consideran que la falta de perspectiva de género en la investigación es un grave error.
La Lucha por Justicia
Las organizaciones LGBTIQ+ han alzado su voz en protestas, exigiendo un cambio en la forma en que se manejan los casos de violencia hacia las mujeres y personas queer. El Colectivo YoNoFui ha cuestionado la falta de diligencia por parte del juez, señalando que no se aplicaron las medidas adecuadas para proteger los derechos de la sobreviviente. Esto incluye la falta de preservación de la escena del crimen y el desecho de evidencia crucial.
- La superviviente, Sofía, ha señalado que tanto ella como Andrea enfrentaron violencia debido a su relación, lo que complicó su convivencia.
- El juez no tomó en cuenta testimonios clave ni resguardó adecuadamente la habitación del crimen, lo que comprometió la recolección de pruebas.
- La falta de un reconocimiento adecuado del vínculo afectivo entre Sofía y Andrea ha llevado a una mayor revictimización.
Movilizaciones y Exigencias de Justicia
En respuesta a esta tragedia, múltiples organizaciones han organizado movilizaciones en espacios públicos, como la Plaza Colombia, para recordar a las víctimas y exigir justicia. Slogans como Justicia es que no vuelva a pasar y Fue lesbicidio han resonado entre los manifestantes, reflejando la necesidad de un cambio en la percepción y tratamiento de los crímenes de odio.
Este acontecimiento ha puesto de relieve la importancia de abordar la violencia de género desde una perspectiva inclusiva y sensible. La comunidad LGBTIQ+ y sus aliados están decididos a luchar por un sistema judicial que reconozca y castigue adecuadamente los crímenes motivados por el odio y la intolerancia.
Es fundamental que se realicen cambios en las políticas y en la educación sobre violencia de género y crímenes de odio. La visibilidad y el reconocimiento son esenciales para prevenir futuras tragedias y para asegurar que todos vivan en un entorno seguro y respetuoso.
Te invitamos a sumarte a esta lucha, a informarte más sobre la situación de las víctimas de violencia de género y a compartir este mensaje con quienes te rodean. La justicia no puede esperar; cada voz cuenta y puede marcar la diferencia.
